SANCTA MARIAE.
en Náhuatl.
A través del tiempo se ha podido encontrar y recopilar antiguas piezas musicales de los tiempos del Barroco, en América.
Algunas mas importantes que otras, originadas
por la enseñanza de los sacerdotes españoles que llegaron hasta este continente y muchas de ellas son el fiel ejemplo de una
notable y hermoso sincretismo traducido en música por los primeros habitantes
de este lugar.
Un ejemplo de ello se encuentra en Perú; se trata de una hermosa
pieza musical llamada “Hanacpachap Cussicuinin”, escrita en Quechua, pero se debe destacar que en México, también se haya una de estas
joyas musicales, se trata de una plegaria a la virgen. Su nombre “ Sancta
Mariae “ escrita en Náhuatl.
Lamentablemente no se conoce claramente quien fue
su autor, pero se le atribuye al maestro de capilla Hernando Franco, quien fue el primer compositor conocido en la historia de la música mexicana.
Como decía antes, esta pieza “Sancta
Mariae” escrita en Náhuatl, fechada en 1599 y tomada del Códice Valdés -
manuscrito encontrado en el pueblo de Cacalomacan, en el estado de México - ha
representado un problema para conocer su autor y clasificar la forma musical de esta obra.
En 1934 El doctor Gabriel Saldivar y Silva
publicó “Historia de la música en México” y entre las obra que corresponden al
Virreinato se publica este texto en Náhuatl , Sancta Mariae, que Saldivar
atribuye la autoría a Hernando Franco, quién fue maestro de capilla de la
Catedral de México desde mayo de 1575 hasta el día de su muerte el 28 de
noviembre de 1585
Santa mariae
in ilhuícac Cihuapille, tinantzin Dios,
in titotepantlahtocatzin,
ma huel tehuatzin topan ximotlahtolti
in titlahtaconhuanine.
Santa maria,
celestial señora, madre de Dios,
abogada nuestra,
ruega por nosotros
los pecadores.
Robert Stevenson en: " Música en
México" clasifica la pieza como un
himno y se lo atribuiye a Franco, diciendo que este pequeño trabajo merece poca atención
, dentro de la extensa obra de este mismo compositor (Stevenson 1952:119)
En una publicación posterior "Música en
los territorios Azteca e Inca", Stevensón afirmó que el Santa Mariae, era
una canción azteca , "Azteca Chanzoneta" cuyo compositor fue Don Hernando de Franco, un líder indígena que seguramente era ahijado del maestro
de capilla; que a modo de homenaje a Franco fue compuesta a nombre del padrino,
signando en el papel el título de
"Don", título honorífico usado por los nobles indígenas y españoles
aristócratas o peninsulares o con el rango de jueces (Stevenson 1972).
En el primer capítulo de “Música de México”,
Stevenson aborda el tema de nuevo, ahora llamada “Sancta María” un motete y
diciendo que don Hernando es el presunto autor (Stevenson 1986).
Sin embargo siempre queda la incertidumbre frente a la
autoría de este ¿ Himno, Motete o Chanzoneta? y ante esta duda surgen antecedentes que
podría permitir esclarecer este dilema.
Según David Brading: “Cortés reunió a más de
1000 niños de nobles indígenas, instruyendo a los Franciscanos para su
educación” (Brading 1993: 122), así los nobles indígenas fueron educados por
los misioneros quienes pronto lograron transcribir los fonemas del náhuatl al latín
escrito.
Brading habla también de como los archivos municipales dan fe de la rapidez
con que los nobles adquirieron y aplicaron el arte de leer y escribir en su
propio idioma.
Unos años mas tarde, después de la caída de
Tenochtitlan en 1521, el padre Pedro de Gante fundó una escuela para
estudiantes indígenas, en donde además de otras cosas que enseñaban música en
la tradición europea, es decir, el canto llano y la música polifónica.
Los indios aprendieron rápidamente y tan bien
que poco después Pedro de Gante declaró que sus estudiantes estaban al nivel de
los cantantes profesionales de la capilla musical de Carlos V (Herrera).
Razón por la cual los estudiosos piensan que es muy probable que hayan existido
compositores indígenas de origen noble, educados por los misioneros y que fueron
capaces de escribir una obra como el Sancta Mariae.
Así registró el hermano Toribio de Benavente,
Motolinia en su “Hisoria de los indios de la Nueva España”:
El tercer año se les enseñaba canto, algunos
se reían y bromeaban sobre él, porque parecía sordo, porque parecía tener voces
débiles […]Un indio entre estos cantantes, un vecino de la ciudad de Tlaxcala,
había compuesto una pieza completa, destacada por el ingenio y aprobada por los
mejores cantantes en Castilla (Motolinia 1995: 169-171).
Nos queda la duda de quién fue realmente su
autor, pero de lo que podemos estar seguros es, quien haya sido, nos dejó esta hermosa
pieza polifónica, como muchas otras del Barroco Americano y que han sido redescubiertas, estudiadas y transmitidas a nuestra época, para el placer de todos aquellos que
vibramos con el Barroco.
-Cinco nuevos libros en la Catedral metropolitana de México
-Las obras en Náhuatl atribuídas a Dn. Hernando franco
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