Beethoven - Sinfonía N° 2 - Re mayor Op. 36





Beethoven
Sinfonía N° 2 en Re mayor opus 36.


La segunda sinfonía de Beethoven fue escrita y dedicada al Príncipe Lichnowsky, durante su período en Heiligenstadt, año 1802 cuando comenzó a sufrir los primeros signos de sordera. Fue para él un largo y dedicado proceso compositivo.
Pero, algo inusual ocurrió cuando Beethoven  escribió la segunda sinfonía sin el típico “minuet”, (como se acostumbraba, de acuerdo al esquema imperante en esa época) colocando  en su lugar  un “scherzo”, que le daría a la composición una gran energía.
Después del estreno de la sinfonía los críticos notaron la ausencia del tradicional minuet y dijeron que la composición tenía mucho poder, pero que era demasiado excéntrica.

La sinfonía consta de cuatro movimientos:

I. Adagio molto  - Allegro con brío.
II. Largheto  en La Mayor
III. Scherzo: Allegro
IV. Allegro molto



 Agradecimientos a Canal de :Kanal korisnika Mandetriens  - youtube 



ANALISIS 
de:  All about L van Beethoven.


 I  Movimiento - Allegro con brío - está construido en la forma de sonata con un material temático de gran simplicidad “Dejando la impresión de dignidad, una madura y seria visión de la vida y el destino.

II  Movimiento  - Larghetto - puede ser considerado como, uno de los puntos más altos de la creación de Beethoven. Los temas son de gran belleza y serenidad expresando nobles ideas surgieron a partir de un  gran dolor. A través de una corta Coda de solo 16 barras esta sonata termina bajo el auspicio de la alegría y felicidad.

III  Movimiento  - Scherzo, Allegro - es un segmento muy dinámico irradiando vida. Por primera vez en la estructura de la sinfonía, aparece un nuevo movimiento, diferente del minuet en la expresión y al mismo tiempo permitiendo al compositor expresar plenamente su visión y sentimientos.

IV Movimiento  - Allegro molto - es de gran profundidad, complejidad  musical y armónica

Prod’Homme fue la frase de un critico que vió en este segmento de la sinfonía como “un dragón atravezado por una lanza, no queriendo morir perdiendo sangre moviendo la cola alrededor de él”.  





La crítica de Eduardo Balestena.
de:  La Asociación  de críticos  musicales de Argentina.

Fiel a la forma clásica en el cuidado constructivo y en la elegancia de muchos de sus motivos, ya es innovadora en un lenguaje donde el cambio de intensidades es permanente, que se vale de elementos sencillos que con modificaciones, muchas veces leves, deriven hacia otros: no existe un discurrir melódico amplio tanto como esta sucesión de cambios, en acorde a voces tajantes - tal como es posible apreciar en el motivo introductorio,  que tras un pasaje que siembra expectativa, conduce al segundo motivo cuya respuesta es sin embargo grácil y a la vez vibrante . La introducción es más extensa que la de la primera sinfonía, y las modulaciones del resto del movimiento y la orquestación ya importan un cambio por sobre el ideal puramente clásico.
Esa concepción y las dificultades técnicas en la ejecución - más que nada en una cuerda siempre exigida - deben haberle valido la resistencia inicial, proveniente de un hábito sonoro diferente, el del clasicismo puro de Haydn y el Mozart de las sinfonías tempranas. No obstante la dulzura de las intervenciones de las maderas, implican una exigencia  además  expresiva.
No dejan de ser bloques compactos los que prevalecen, pero presentados de una manera distinta a la dialéctica de choque de las sinfonías impares: aquí todo deriva y se transforma en medio de una claridad sonora evidentemente clásica.
El arranque del cuarto movimiento - una bellísima y trabada forma  Rondó - es también uno de los lugares exigentes en términos de interpretación. Berlioz lo caracterizó como un segundo scherzo al doble de tiempo: gracia, carácter vibrante y a la vez calidez sonora.

Eduardo Balestena.


Páginas de Interés:
- Análisis técnico por movimiento. (En)
- Partitura.




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