Códices de Huehuetenango
Iglesia de Santa Eulalia - Guatemala
Con este nombre se conocen los manuscritos conservados en el departamento de Huehuetenango, Guatemala; Códices que contienen la música enseñada en el siglo XVI por los misioneros Dominicos a los indígenas de los poblados de San Miguel Acatán, Santa Eulalia, San Juan Ixcoy, San Mateo Ixtatán y Jacaltenango.
Según los
expertos son los más antiguos que se han encontrado en el continente, habiendo sido nueve Códices de Huehuetenango recolectados y copiados
por indígenas, que datan de 1560.
Luego en
1570 aparece la colección de Mateo Hernández, que terminó con ellos un libro de 200 páginas en canto
llano.
Posteriormente
en el año 1582, el maestro Francisco
León (maestro de capilla de Santa Eulalia) es quien copia y ensambla las
colecciones de los códices de Santa Eulalia.
Ya en pleno
siglo XX, en 1963 dos sacerdotes misioneros de la orden religiosa de Maryknoll
(Edward Moore y Daniel Jensen) descubrieron y reunieron varios antiguos libros
musicales (9 códices; 6 en Santa Eulalia) en el pueblo de san Miguel de Acatán,
altiplano noroccidental del departamento de Huehuetenango. Documentos que
fueron adquiridos por la Biblioteca Lilly (Bloomington,Indiana) en el año 1967.
Estos preciosos
manuscritos habían sobrevivido siglos celosamente guardados y custodiados
durante sucesivas generaciones por quienes
los habían tocado, cantado y copiado desde los albores de la época colonial. Resultando ser, consecuentemente de un valor extraordinariamente importante para la reconstrucción del panorama musical de
la época.
Estos
códices contienen un vasto repertorio de
música polifónica de compositores ibéricos de la primera mitad del siglo XVI,
como Alonso de Ávila , Juan García de Basurto, Rodrigo Ceballos y Pedro de
Escobar; y compositores franco-flamencos como Loyset Compere Y Heinrich Isaac,
además de las ya mencionadas y no menos trascendentales contribuciones de los maestros
de capilla indígenas.
Es por
ello que los géneros allí contenidos, es
decir la música sacra en latín y la música profana, como asimismo los villancicos
y piezas instrumentales, están escritos en: español, Jakalteco, Q’anjob;
antiguos, así como también en Náhuatl, lenguajes propios de esa región.
El famoso
musicólogo Robert Stevenson, luego de un relevante estudio, levantó un
inventario de las piezas contenidas en cada uno de los códices, el cual fue
publicado en su libro “Renaissance and baroque musical sources in the
americas”, añadiendo breves comentarios sobre las piezas, su estado, etc.
Lo
importante a destacar aquí, es que por la cantidad de renombrados compositores
europeos de principios del siglo XVI que se encuentran repetidos en los códices
muestran la popularidad que dichas obras habrían disfrutado entre los indígenas,
quienes las copiaban una y otra vez para poderlas usar en los pueblo vecinos.
Por otra
parte, en 1968, Robert Stevenson entregó a los musicólogos la publicación de
las transcripciones modernas para ser ejecutadas de: Capac eterno Dios y
Hanacpachap cussicuinin, del Perú colonial, con cuatro años de anterioridad, el
mismo autor presentó transcripciones, también preparadas para su ejecución, de
tres villancicos del indio guatemalteco del siglo XVI, Tomás Pascual.
Tomás
Pascual.
La habilidad
de los indígenas para aprender la música de los compositores españoles y
flamencos fue notable, un personaje importante en estos códices por su
participación en ellos, es el indígena Tomás Pascual, quien fue maestro de capilla de San Juan
Ixcoy, Huehuetenango, en la década de 1590 a 1635, y al que se considera el
primer músico indígena de quien existen composiciones originales.
Las
habilidades de los músicos indígenas quedan patentes en las afirmaciones de
innumerables cronistas religiosos y seglares como por ejemplo lo que se lee en
una carta de Pedro de Gante a Carlos V, en el año 1532:
……sm mentir
puedo decir harto bien que hay buenos escryvanos y predicadores o platicos, con
harto hervor, y cantores que podrían cantar de la capilla de V.M. tan bien, que
si no se vee quizá no se creerá (1).
(1) Cartas
de Indias (Madrid: Ministerio de Fomento; 1877); I,52.
El tratado de Santa Eulalia se destaca pues, como un exquisito testimonio de la
musicalidad indígena de la época colonial.
Más
elementos descriptivos e inventarios de los primeros 9 manuscritos se pueden
encontrar en las obras de Robert
Stevenson .
> “La música
europea en el siglo XVI Guatemala”, en - The Musical Quartery, páginas 341-352
vol. 50, N°3, julio de 1964 (ML 1.M9 Music Library)
> “Renacimiento y fuentes del barroco musical en Las Américas” Washington DC.
Organización de los Estados Americanos, 1970, páginas 55-64 (ML 135. a1 S84
Music Library).
Fuentes:
Página de Interés
3 comentarios:
Gracias por compartir esta información, soy originario de Santa Eulalia, lastimosamente en la escuela no se habla sobre este legado, pero por personas como usted puedo ampliar mayor información. Felicidades muy buen blog.
Se agradece tu comentario.
Magnífico trabajo he escuchados el disco de cristina Altamira con esta música magnífica que además muestra él amor contra que nuestra gente recibió a Cristo
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