The Indian Queen, z 630
La reina india
Uno de los más destacados músicos de la época barroca es
indudablemente Henry Purcell.
Es esta obra “The
Indian Queen” la que marca su corto pero exitoso trayecto musical como su último trabajo; el
cual quedó inconcluso debido a la súbita
muerte que le ocurrió a la edad de 36 años.
Respecto a esta obra comenzada por Purcell en 1695, se
puede decir que es clasificada particularmente en el género inglés del siglo
XVII, como una semi-ópera o también como
dramatic opera o english opera.
Una característica de éstas era que combinaba escenas cantadas, habladas e instrumentales.
Una característica de éstas era que combinaba escenas cantadas, habladas e instrumentales.
La fecha exacta de su estreno se desconoce, pero Peter
Holinau (dir. de orq. y musicólogo inglés) supone que la obra fue estrenada en
junio, pero sin la mascarada del acto V, que hubo que completarse después de la muerte de Purcell.
Sin embargo se dice que
se estrenó en Londres en 1695 en el Teatro Real Drury Lane.
Así pues, la obra permitió
al hermano de Purcell (Daniel) editar este inacabado trabajo a una versión
completa y evidentemente póstuma de la
partitura, añadiéndole piezas sueltas del autor y una mascarada final del propio Daniel Purcell.
La creación original de Purcell parte de la obra homónima
del poeta y dramaturgo John Dryden y Sir Robert Howard. Ella evoca una América
fantástica y alegórica, en la que se enfrentan Incas y Aztecas en la misteriosa
selva americana, con sus dioses, luchas de poder, sortilegios y amores
imposibles.
La Historia
Toda la acción tiene lugar en el nuevo mundo, en los años
anteriores a la conquista española.
Hace unos veinte años, Amexia, la reina de México, quedó
embarazada. La hermana de su marido, Zempoalla, fue invadida por la ambición
(ella misma tenía un hijo pequeño) y se encargó de que su amor Traxalla matara
al Rey.
Luego exilió a la legítima Reina y procedió a gobernar
con fuerza donde su hermano había gobernado con amor.
Sin embargo, en el transcurso del tiempo, otros también
miran con envidia el rico reino de México, y justo antes que comience la obra, el Inca de Perú ha invadido.
Sus ejércitos, liderados por el brillante desconocido
Moctezuma, acaban de ganar tres batallas.
Obertura y Prólogo
Un niño y una niña indios lamentan la destrucción de la
guerra, pero ven en la audiencia su propio futuro. El sonido de la trompeta
trae, sin embargo, la llegada de los invasores peruanos, junto con sus
prisioneros, entre ellos el príncipe mexicano Acacis, hijo de la Reina
Zempoalla.
ACTO I
El Inca se niega a darle a Moctezuma la mano de su hija
Orazia como recompensa por su éxito, Furioso, Moctezuma decide cambiar de bando
y luchar por los mexicanos.
Acacis, a quién ha liberado, le hace justicia, alegando
honor y deber (incluso contra los propios intereses de Acacis), pero en vano.
Mientras tanto, en la corte mexicana, Zempoalla confiesa
su dolor a su general y amante Traxalla.
Un mensajero revela que Acacis está viva, y Zempoalla
jura que si ella sale victoriosa, sacrificará a todos sus prisioneros al Dios
de la guerra; si ella no lo hace, puede morir ella misma.
ACTO II
El Inca y Orazia se están escapando del ejército
mexicano, dado un nuevo dato por la deserción de Moctezuma. Los soldados de
Traxalla los capturan, pero se ven obligados a entregarlos a Moctezuma, quién es el verdadero autor de
la victoria.
Los mexicanos preparan un triunfo, alabando a su nuevo héroe Moctezuma, pero Zempoalla está
furiosa por su aparente deslealtad hacia ella y Acacis.
Acacis admite que su título al trono se deriva del crimen
de su madre. Un mensajero les dice que la princesa Orazia y al Inca se les han
retirado por la fuerza para que ocupen un lugar destacado en el próximo triunfo
y, presumiblemente también en el sacrifico posterior.
ACTO III
El triunfo de la Fama sobre la Envidia se ve interrumpido
por la llegada de Moctezuma y Acacis,
ambos furiosos por el tratamiento de Orazia y el Inca. A Zempoalla también le
gustaría ejecutar a Moctezuma, pero descubre que no puede soportarlo; se ha
enamorado de él aunque no debe admitirlo. Acacis alegró la vida de los
prisioneros, pero el voto de Zempoalla no puede ser dejado de lado.
Zempoalla baja para consultar a su hechicero Ismerón,
quién es descubierto en su cueva entre sus familiares espíritus. Ella le dice
que ha tenido un sueño terrible, para interpretar que él
debe llamar al Dios de los sueños.
Pero el Dios de los sueños no le dirá nada. Extrañamente conmovida por
su difícil situación. Ismerón llama a los espíritus del aire para animarla, pero éstos son aún singularmente más inútiles.
ACTO IV
Orazia en la cárcel medita sobre sus sufrimientos.
Traxalla se ofrece a salvar la vida de Moctezuma, si Orazia se entrega a él.
Ni Moctezuma ni Orazia estarán de acuerdo con esto, y
Traxalla ataca a Moctezuma. Zempoalla llega, sospechoso (con buena razón) de
los motivos de Traxalla, y amenaza con apuñalar a Orazia si Traxalla hiere a
Moctezuma.
Ella le pide a Moctezuma que la ame a cambio del regalo
de su vida. Sin embargo, tanto Moctezuma como Orazia prefieren la muerte a la vida en esos términos, y Zempoalla
ordena que se prepare el sacrificio.
Acacis irrumpe en la prisión y libera a Moctezuma y
Orazia, llevándolos fuera de la ciudad. Dejando ir a Orazia, desafía a
Moctezuma a luchar por Orazia, y es herido en el duelo. Zempoalla ha sido
advertido por un espía y llega a tiempo para recuperar a Moctezuma y Orazia.
ACTO V
Los sacerdotes preparan el sacrificio al Dios de la
guerra, Acacis, después de ganarse el amor de Orazia, se suicida. Los
mensajeros anuncian la inminente llegada de la legítima Reina Amexia, y que
Moctezuma es su hijo perdido hace mucho tiempo.
Zempoalla va a matar a Moctezuma, Garruca, y todo se
cuenta. Zempoalla, desprovista de todo se mata.
El Inca, finalmente satisfecho de que las líneas de
sangre de Moctezuma son adecuadas, le permite casarse con Orazia.
Masque (música de Daniel Purcell)
Ismeron y los mexicanos celebran ofreciendo una máscara
de boda a Moctezuma y Orazia. Los matrimonios que han salido
mal son curados por el poder del amor en un alegre jaleo por el Hermano de
Henry, Daniel (escrito después de la muerte
de Henry) que, sin embargo, puede tener interesantes paralelismos con el
prólogo.
Agradecimientos a Canal: Dramma per musica - youtube
Personajes:
. Joven indio - contratenor
. Quivera - soprano
. Fama - tenor o contralto
. Furia - barítono o bajo
. Mago Ismeran - bajo
. Dios de los sueños - soprano
. Orazia, la reina - soprano
. Gran sacerdote - bajo
Libreto
The Indian Queen
Semi-opera by John Dryden and Sir Robert HowardMusic by Henry Purcell
Act I
boy
Wake, Quivera, wake, our soft rest must cease,
And fly together with our country's peace;
No more must we sleep under plantain's shade,
Which neither heat could pierce nor cold invade;
Where bounteous nature never feels decay,
And opening buds drive falling fruits away.
girl
Why should men quarrel here, where all possess
As much as they can hope for by success?
None can have most where nature is so kind
As to exceed man's use, though not his mind.
boy
By ancient prophecy we have been told,
Our land shall be subdu'd by one more old;
And see that world already hither come.
girl, boy
If these be they we welcome then our doom.
boy
Their looks are such that mercy flows from hence,
More gentle than our native innocence;
By their protection let us beg to live:
They come not here to conquer, but forgive.
girl, boy
If so your goodness may your power express,
And we shall judge both best by our success.
Act II
Fame and chorus
I come to sing great Zempoalla's story
Whose beauteous sight so charming bright
Outshines the lustre of glory.
We come to sing great Zempoalla's story
Whose beauteous sight so charming bright
Outshines the lustre of glory.
Envy and two followers
What flattering noise is this,
At which my snakes all hiss?
I hate to see fond tongues advance
High as the Gods the slaves of chance.
What flattering noise is this,
At which my snakes all hiss?
Fame
Scorn'd Envy, here's nothing that thou canst blast:
Her glories are too bright to be o'ercast.
Envy
I fly from the place where flattery reigns,
See, see those might things that before
Such slaves like gods did adore
Condemn'd and unpitied in chains.
I fly from the place where flattery reigns.
I hate to see fond tongues advance
High as the Gods the slaves of chance.
What flattering noise is this,
At which my snakes all hiss?
Fame
Begone, curst fiends of Hell,
Sink down, where noisome vapours dwell,
While I her triumph sound,
To fill the universe around.
Fame and chorus
I come to sing great Zempoalla's story
Whose beauteous sight so charming bright
Outshines the lustre of glory.
We come to sing great Zempoalla's story
Whose beauteous sight so charming bright
Outshines the lustre of glory.
Act III
Ismeron
Ye twice ten hundred deities
To whom we daily sacrifice,
Ye pow'rs that dwell with fates below
And see what men are doom'd to do,
Where elements in discord dwell:
Thou god of sleep arise and tell
Great Zempoalla what strange fate
Must on her dismal vision wait.
By the croaking of the toad
In their caves that make abode,
Earthy dun that pants for breath
With her swell'd sides full of death,
By the crested adders' pride
That along the cliffs do glide,
By thy visage fierce and black,
By the death's head on thy back,
By the twisted serpents plac'd
For a girdle round thy waist,
By the hearts of gold that deck
Thy breast, thy shoulders and thy neck,
From thy sleeping mansion rise
And open thy unwilling eyes,
While bubbling springs their music keep,
That used to lull thee in thy sleep.
God of dreams
Seek not to know what must not be reveal'd,
Joys only flow when hate is most conceal'd.
Too busy man would find his sorrows more
If future fortunes he should know before;
For by that knowledge of his destiny
He would not live at all but always die.
Enquire not then who shall from bonds be freed,
Who'tis shall wear a crown and who shall bleed.
All must submit to their appointed doom,
Fate and misfortune will too quickly come.
Let me no more with powerful charms be press'd
I am forbid by fate to tell the rest.
Aerial spirits
Ah, how happy are we!
From human passions free.
Ah, how happy are we!
Those wild tenants of the breast,
No, never can disturb our rest.
Ah, how happy are we!
Yet we pity tender souls
Whom the tyrant of love controls,
Ah, how happy are we,
From human passions free!
We the spirits of the air
That of human things take care,
Out of pity now descend
To forewarn what woes attend.
Greatness clogg'd with scorn decays,
With the slave no empire stays.
We the spirits of the air
That of human things take care,
Out of pity now descend
To forewarn what woes attend.
Cease to languish the in vain
Since never to be loved again.
We the spirits of the air
That of human things take care,
Out of pity now descend
To forewarn what woes attend.
Soprano solo
I attempt from love's sickness to fly in vain,
Since I am myself my own fever and pain.
No more now, fond heart, with pride no more swell;
Thou canst not raise forces enough to rebel.
I attempt from love's sickness to fly in vain,
Since I am myself my own fever and pain.
For love has more power and less mercy than fate,
To make us seek ruin and of those that hate.
I attempt from love's sickness to fly in vain,
Since I am myself my own fever and pain.
Act IV
Orazia
They tell us that your might powers above
Make perfect your joys and your blessings by love,
Ah! Why do you suffer the blessing that's there
To give a poor lover such a sad torments here?
Yet though for my passion such grief I endure,
My love shall like yours still be constant and pure.
To suffer for him gives an ease to my pains;
There's joy in my grief and there's freedom in chains.
If I were divine he cou'd love me no more,
And I in return my adorer adore,
O, let his dear life then, kind gods, be your care,
For I in your blessing have no other share.
Act V
Chorus
While thus we bow before your shrine,
That you may hear great pow'rs divine,
All living things shall in your praises join.
High priest
You who at the altar stand
Waiting for the dread command
The fatal word shall soon be heard,
Answer then, is all prepared?
Chorus
All's prepared.
High priest
Let all unallow'd souls begone
Before our sacred rites come on.
Take care that this be also done.
Chorus
All is done.
High priest
Now in procession walk along
And then begin your solemn song.
Chorus
All dismal sounds thus on these off'rings wait,
Your pow'r shown by their untimely fate;
While by such various fates we learn to know,
There's nothing, no, nothing to be trusted here below.
contributed by:
Eric Maldague, Paris, FRANCE; Eric_Maldague@opera.stanford.edu
Agradecimientos a Canal de: Teatro Real - youtube
En estos últimos años se ha presentado una nueva versión de "The Indian Queen"., a cargo del Director escénico de Pittsburgh presentada en el Teatro Real su versión de la partitura de Purcell con textos de la novela de la escritora nicaragüence Rosario Aguilar y canciones e himnos del propio autor inglés con textos de Katherine Phillips y George Herbert, entre otros.
Página de Interés:
- Biografía de Henry Purcell
- Partitura "the Indian Queen" [Musopen]
Fuentes: The Indian Queen
No hay comentarios:
Publicar un comentario